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El despertar espiritual, image, Cesar Delgado Muñoz, Alfredo Vivas…
El despertar espiritual
Fases y crisis del desarrollo espiritual
La analogía existente entre la psicología del niño y la de los individuos y pueblos
primitivos es evidente y ha sido señalada con frecuencia.
Los niños, al igual que los seres primitivos, son simples, impulsivos, curiosos, se distraen con facilidad y viven sólo el presente.
Son sencillos y emocionales, pero sus sentimientos, aunque intensos, son poco profundos y breves.
Carecen de moralidad, porque no tienen desarrollado el sentido de la responsabilidad, son muy proclives a una crueldad inconsciente y tienden a dotar de personificación a los objetos y a las fuerzas naturales.
Su responsabilidad es rudimentaria y no se perciben netamente diferenciados del mundo que les circunda.
los hombres no pueden, ni deben, permanecer siempre en este estadio infantil.
Su desarrollo está refrendado, al igual que sucede con la adolescencia, por una serie de contrastes y de conflictos.
En el ámbito moral tiene lugar con el inicio de la reflexión crítica, que hace surgir problemas y dudas.
En la vertiente emotiva se produce una intensificación y una complicación de los sentimientos, con la irrupción de nuevas pasiones.
En la vertiente activa encontramos un vehemente deseo de independencia, una feroz rebelión contra los «dioses» y contra cualquier tipo de autoridad.
estadio inarmónico y caótico,
Los aspectos inferiores de esta edad del alma son:
• los de un exceso de autoafirmación,
• impulsos destructivos,
• anarquía,
• fanatismo,
• orgullo,
• intransigencia,
• tendencias extremistas,
• intolerancia y
• falta de respeto y de compresión hacia los demás.
El Dharma de esta edad
• es el desarrollo de la mente y de los poderes morales autónomos,
• la afirmación de la autoconciencia y de
• la independencia espiritual,
• el estudio de la vida y
• la adquisición de una mayor experiencia,
• y la consagración activa a un ideal o a una causa que no es ya aceptada externamente,
sino que es sentida en el interior y a la cual el individuo se adhiere libremente.
los aspectos superiores son:
• el idealismo,
• el espíritu de sacrificio por una causa,
• la generosidad,
• el valor,
• la audacia,
• la apreciación de la belleza,
• el sentido del honor y, en general, todas las cualidades inherentes a una actitud y a una
conducta caballerosa.
características del alma adulta.
crecimiento de las facultades mentales y
racionales.
El estado caótico, los cambios rápidos y las oscilaciones entre los extremos han cedido
lugar a un cierto orden: la personalidad se ha formado y se ha consolidado.
También este estadio posee sus aspectos inferiores y superiores. Los primeros consisten
sobre todo en un exceso de limitaciones, en el endurecimiento, en la aridez.
El contacto con las duras «realidades» de la vida, las luchas, las desilusiones y los fracasos
han destruido los sueños generosos, derribando el entusiasmo, y ponen a prueba la fe del
individuo.
De este modo puede llegar a producirse una reacción de escepticismo y de descontento,
que puede llegar hasta el cinismo.
Los aspectos superiores de esta edad psicológica pueden resumirse en tres palabras:
• armonía,
• equilibrio
• y eficiencia.
¿Cuál es el significado de estas crisis?
Tras el despertar del alma suele seguir un período de gozosa expansión, tanto interior como exterior, que adopta distintas formas y aspectos, según los casos. Unas veces prevalece el aspecto místico e iluminativo, mientras que otras veces las nuevas energías se expresan en
una acción impersonal y heroica, en un apostolado del bien o en alguna creatividad artística.
Cesar Delgado Muñoz
Alfredo Vivas Valeriano