Toda empresa que se precie, debe poder proporcionar unos informes financieros mínimos sobre su situación económica de la empresa: balance de situación, balances previsionales y pool bancario. Pero además de esa base mínima, debe poseer un control presupuestario más exhaustivo para obtener información más precisa de determinados aspectos imprescindibles para la gestión empresarial: rentabilidad, endeudamiento, tesorería, etc. Cuanto más preciso sea el presupuesto, será más fácil lograr con menor incertidumbre, los objetivos propuestos.