Las personas pueden centrarse en el cónyuge, la familia, el dinero, el trabajo, las posesiones, el placer, amigos o enemigos, la Iglesia, o en uno mismo
Pero usualmente el centro real de una persona es una alguna combinación de estos o con otros centros posibles.
Lo ideal es crear un centro claro del que pueda obtenerse un alto grado de seguridad, guía, sabiduría y poder, que haga posible la proactividad y dé congruencia y armonía a la vida.
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