La actitud ante la vejez viene determinada, quizás, por una actitud ante la vida, y las estrategias de afrontamiento y recursos de cada individuo para hacer frente a los cambios. Las consecuencias del envejecer, que tendrán efectos personales, serán vividas de un modo distinto por cada uno.
Antes de llevar a cabo hipótesis sobre el envejecimiento patológico, debemos considerar algunos aspectos. Por ejemplo, en el plano de la salud física, no debemos descartar que, en la vejez, aumenta la probabilidad de las consecuencias negativas que pueden tener algunas enfermedades para el organismo. Las enfermedades tienden a cronificarse y a dejar su huella en el cuerpo; y los episodios agudos de enfermedad, pueden tener consecuencias importantes. Dada la naturaleza crónica de muchas enfermedades en la vejez, la empresa debería concentrarse en la prevención y potenciación de la capacidad de funcionamiento autónomo del individuo, ya que muchas veces la cura no es posible como en edades más jóvenes
En cuanto a los aspectos sociales: la situación de abandono y aislamiento en el que viven algunas personas mayores, la falta de un papel familiar y social activo (pérdida de valor social), la soledad, la jubilación obligatoria, el exceso de tiempo desocupado (existe una relación directa entre tiempo disponible y sentimiento de limitación), etc., facilita la pérdida de la propia estima y la aparición de enfermedades y desajustes emocionales de graves consecuencias. La mayoría de las veces, la terapéutica para mejorar las defensas de la Persona Mayor, escapa a la competencia del médico y debe buscarse desde el trabajo en equipo y la óptica multidisciplinar.