Noviembre 01, 2004
En noviembre de 2004, la judicatura de Ecuador empieza a desmoronarse. En primer lugar, el Congreso inicia un juicio político contra el presidente Gutiérrez. En respuesta a ello, Gutiérrez orquestra una nueva mayoría que detiene el juicio y luego purga a la Corte Suprema de Justicia. Dicha purga se encuentra justificada por las alegaciones de que los jueces excedieron el plazo límite de cuatro años aplicable a empleados públicos, a pesar de que la Constitución de Ecuador establece que los jueces de la Corte Suprema son designados de por vida (para asegurar su independencia). Cuando los jueces destituidos rehusaron irse, la policía los expulsó físicamente del edificio de la Corte Suprema. Todos los jueces del Tribunal Electoral y del Tribunal Constitucional son removidos en una siguiente purga, sin más explicaciones. Una semana más tarde, con el objeto de que el acto inconstitucional pareciera legítimo, el Congreso inicia juicios políticos falsos. Estas purgas fueron ampliamente criticadas por la comunidad internacional, incluso por las Naciones Unidas y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, por ser consideradas inconstitucionales.