La incorporación del tema de la participación en la agenda de los gobiernos ha sido progresiva y obedece a varias motivaciones, en tal sentido, la inquietud y el compromiso por la redefinición del papel de las instituciones públicas, para adecuarlas a las exigencias de las sociedades, han apuntado a la integración y el desempeño de categorías organizativas y operativas, como lo son, la descentralización y la colaboración, concibiendo éstas como fórmulas aptas para ocasionar o fomentar los cambios esperados.
Bajo esta conjetura, la descentralización se estima un medio estratégico para poder hacer la colaboración de la sociedad civil en los asuntos públicos, deslastrando al Estado de su comportamiento paternalista y asistencialista para abrir canales de colaboración de los habitantes en la solución de sus inconvenientes, aceptando un papel más activo como sujetos de desarrollo
Desde el punto de vista del impulso del crecimiento económico y la generación de empleo, Madoery plantea que las iniciativas locales se han orientado a la promoción de la participación como elemento protagónico para el desarrollo local