Como consecuencia de la reducción del requerimiento de transfusión de grandes volúmenes de hemoderivados y de la necesidad de transfusión masiva, varios estudios han demostrado una reducción de la incidencia de complicaciones pulmonares, necesidad de ARM postoperatoria, IRA y necesidad de Diálisis, eventos tromboembólicos, infección intrahospitalaria y falla multiorgánica, estadía en CTI y mortalidad global