La experiencia ha llevado a numerosos filósofos a reconocer la importancia de la comprensión y la función esencial que desempeña en la inteligencia. Como se ha afirmado, «la inteligencia requiere comprensión» (Penrose 1994). Podemos decir que el test de Turing, sobre todo en su aplicación práctica, puede resultar pertinente en esta cuestión, ya que de algunas de las transcripciones aquí presentadas se deduce que, al menos desde un punto de vista meramente conversacional, hay humanos que parecen carecer de inteligencia, mientras que algunas máquinas demuestran poseerla en abundancia. Pero necesitamos argumentos científicos que permitan ignorar estos indicios si es que queremos defender la hipótesis de que la inteligencia requiere comprensión.