La idea es bastante simple: Cualquier desperdicio que contenga carbono, desde un neumático hasta desechos de animales pueden convertirse en combustible, si se los somete a suficiente calor y presión. Este proceso se denomina Depolimerización. Es muy similar al proceso geológico natural que genera combustibles fósiles como el petróleo, se caracteriza por su rapidez, ya que en lugar de requerir miles de años y condiciones extremas de calor y presión, tal como lo hace la producción de combustible sobre la base de fósiles, el PDT logra los mismos resultados en horas, usando una serie de tanques, tuberías, bombas y calderas, las cuales pueden instalarse en el garaje del patio.