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Henry Giroux y su Visión Educativa - Coggle Diagram
Henry Giroux y su Visión Educativa
se basa en la importancia de las estrategias didácticas promoviendo el pensamiento critico del alumno teniendo en cuenta un contexto de democracia, justicia social, poder, cultura y comunidad.
La educación se ve afectada de manera muy profunda por las grandes fuerzas políticas y corporativas
No se puede hablar de educación sin hablar de las grandes estructuras políticas, económicas, culturales y sociales en las que se enmarca y que ejercen una presión sobre la enseñanza y los docentes que no puede obviarse.
La sociedad actual desprecia la esencia de la educación.
elimina la educación entendida como un bien público y la pedagogía como práctica empoderadora.
La pedagogía actual es una forma de violencia
La pedagogía, tal y como está planteada en muchas escuelas actuales, ataca en vez de educar y no logra que los alumnos se reconozcan en lo que hacen.
La multitud de pruebas y exámenes, modelos de aprendizaje que apagan la chispa crítica y crean espacios sin ningún tipo de imaginación, los sistemas de organización represivos y basados en el castigo, la memorización y el conformismo
La educación debe ser comprometida, crítica y revolucionaria.
Hay que ver la educación como algo más que un diploma o un instrumento para conseguir trabajo al servicio de la cultura de la empresa.
Debemos recuperar el papel que la enseñanza ha tenido históricamente como herramienta para desarrollar la capacidad crítica
El pensamiento crítico está en peligro
En la sociedad actual pensar se convierte en algo peligroso, al igual que los sitios donde se promueve el pensamiento. Y, como señaló Goya en uno de sus grabados, “el sueño de la razón produce monstruos”.
Hay que desarrollar formas de pedagogía crítica que sean capaces de desafiar las crecientes políticas y prácticas antidemocráticas
La educación no solo ocurre en las escuelas.
Hay multitud de instituciones, desde los medios de comunicación hasta los nuevos espacios digitales, que forman parte de la llamada pedagogía pública y resultan primordiales para expandir y permitir la voluntad cívica y política o para acallarla.
Hay que repensar la educación para que sea un instrumento democrático.
Debemos preguntarnos qué debe lograr la educación en una democracia, qué trabajo deben hacer los educadores para crear las condiciones económicas, políticas y éticas que permitan dotar a los jóvenes de las capacidades necesarias para pensar, preguntarse y dudar.
La pedagogía crítica es mucho más que la transmisión de conocimientos
La pedagogía crítica no se limita a comunicar técnicas y metodologías, sino que se centra en comprender qué ocurre realmente en el aula y en otros espacios educativos, lanzando preguntas sobre cuál es la relación entre el aprendizaje y el cambio social, qué conocimiento tiene más valor o qué significa conocer algo.
Los profesores tienen una gran responsabilidad en el desarrollo de la pedagogía crítica, pero no siempre pueden ejercerla.
Los docentes deben aprovechar el poder de la educación para crear una cultura formativa que ponga freno a las amenazas que sufren la democracia y la justicia y promueva esferas públicas, ideales, valores y políticas que ofrezcan modelos alternativos de identidad, pensamiento, relaciones sociales y política.
El objetivo final no es solo una nueva educación, sino una nueva sociedad.
No solo debemos imaginar que reformamos una sociedad que está rota, sino que la eliminamos: necesitamos un nuevo tipo de sociedad, un nuevo discurso, unas nuevas instituciones. Y para empezar a hacerlo debemos tomarnos en serio la educación y sus implicaciones
comprender que con la pedagogía no solo estamos modificando el conocimiento, sino que estamos influyendo en la consciencia y la percepción, y tenemos el poder de crear nuevas subjetividades que no se definan a sí mismas por el
plantea la necesidad de asumir la enseñanza como un proceso constante y permanente de resolución de problemas cotidianos, contrario al modelo tradicional caracterizado por un conocimiento descontextualizado; la escuela y la universidad enseñan conocimiento, pero no la naturaleza de ese conocimiento, desconociendo el contenido trágico y esperanzador que guarda en si, por su traducción y reconstrucción de lo real.
Los estudiantes, en contexto de la pedagogía crítica son considerados actores responsables de su aprendizaje, protagonistas de lo que deben saber y aprender, son sujetos activos y democráticos que, bajo una formación autónoma y la reflexión, cuestionan y critican las esferas sociales, políticas y culturales
en palabras de Giroux (2003), los estudiantes deben ser formados para que “corran riesgo y luchen, dentro de las relaciones imperantes, para que puedan ser capaces de modificar el terreno sobre el cual se vive la existencia”