Los jóvenes en la calle: Parecerían no tener vínculos con ningún tipo de institución, ajenos a cualquier normatividad y censura por parte del mundo adulto y oficial; de otro lado, prácticas como el lenguaje, los rituales de consumo cultural, las marcas de vestuario, al presentarse como diferentes y, en muchos casos, como a tentadoras del orden establecido, han llevado a plantearlas como “evidencias” incuestionables del contenido liberador de las culturas juveniles.