Se puede reconocer desde el siglo XV los procesos de transformación social, reflejados en laicización de la estructura social progresiva, auge de la burguesía y comercio, despegue del desarrollo tecnológico y aparición del individuo ciudadano, entre otras, para hacer posible que entre el siglo XIX y XX, las nuevas formas de producción y de vida focalizadas en la urbe generen el fenómeno social de masa.