FACTORES QUE INFLUYEN EN LA EFECTIVIDAD DEL CASTIGO
Sasso, Berg, aportan evidencia empírica de que el castigo, cuando se combina con procedimiento de reforzamiento y de extinción, tiene efectos inmediatos sobre la conducta que se desea eliminar y sustancialmente superiores a los efectos producidos por el uso exclusivo de programas de reforzamiento.
A pesar de la efectividad del castigo y la falta de estudios que demuestren sus efectos negativos, la mayoría de los autores están de acuerdo en utilizar procedimientos de castigo, fundamentalmente castigo positivo, sólo cuando otros procedimientos de reforzamiento positivo fallan en alcanzar las conductas objetivo.
Dadas las prevenciones que suscita la aplicación del castigo para reducir conductas, se suelen resaltar varios aspectos que han de servir de guía para la aplicación de los distintos tipos de castigo. Spiegler y Guevremont resaltan los cinco siguientes:
- El castigo, sea positivo o negativo, debería ocurrir inmediatamente después de la ocurrencia de la conducta inadecuada. Cuanto menos tiempo pasa en la aplicación del castigo, mayor suele ser su efectividad.
- El castigo debería ser administrado cada vez que ocurre la conducta inadecuada.
- La persona a la que se le aplica debe ser consciente de la contingencia entre la conducta inadecuada y el castigo que se otorgará.
- El reforzamiento no debe administrarse muy a continuación del castigo por que puede contrarrestar su efecto y además reforzar la conducta castigada.
- El castigo ha de ir precedido pro un aviso de advertencia para que se produzca una asociación entre la conducta a eliminar y el castigo.
Se considera que los resultados de estos estudios pueden ser de alguna manera extrapolables a al aplicación clínica tanto del castigo positivo como del negativo. Algunos de los factores que contribuyen a su eficacia y que ya se han comentado anteriormente son:
- Demora del castigo: Los estudios de efectividad indican que aumenta cuando se aplica de forma más inmediata y contingente a la conducta que se desea modificar.
- Programa de aplicación: El castigo es más efectivo cuando se utiliza de forma continua, cada ves que se lleva a cabo la conducta problema, que cuando se aplica intermitentemente. Cuando el castigo se aplica a una conducta de alta frecuencia, puede ser conveniente utilizar un programa de castigo intermitente. En estos casos, a mayor proporción de respuestas castigadas, mayor es su reducción.
- Regulación temporal del castigo en la secuencia de respuesta: Cuando se dese reducir una conducta que podría considerarse el último eslabón de una cadena de conductas necesarias para llevarla a cabo, la reducción de la conducta final será más eficaz si se comienzan a castigar los primeros eslabones de la cadena que conduce a su realización.
- Fuente de reforzamiento: El efecto del castigo puede verse contrarrestado por el potencial reforzamiento que pueda estar recibiendo la conducta que se desea eliminar. Por ello, es fundamental conocer las posibles fuentes de reforzamiento que están manteniendo esa conducta.
- Variaciones del castigo: Varias investigaciones han aportado evidencia de que variar el tipo de castigo utilizado favorece la reducción de la conducta a eliminar o reducir.
REFORZAMIENTO DE RESPUESTAS ALTERNATIVAS: La mayoría de las aplicaciones del castigo en Terapia de onducta van acompañadas del reforzamiento positivo de conductas alternativas adecuadas porque los estudios de resultado indican esta cominación:
- La utilización conjunta incrementa los efectos del castigo.
- Ayuda a desplazar y a reducir la frecuencia de aparición de las conductas que se desea eliminar.
- Ayuda a reducir o a eliminar los efectos colaterales que a veces de producen tras la aplicación del castigo.
EFECTOS COLATERALES DEL CASTIGO: A pesar de la efectividad demostrada por el castigo y los limitados estudios que indican efectos negativos de su uso, no se suele utilizar de forma exclusiva, además de por razones éticas, por que aún reduciendo la conducta puede producir efectos colaterales.