La actividad física ayuda a la fuerza, velocidad resistencia y coordinación.
La actividad física en la infancia tiene beneficios, como el crecimiento y el desarrollo saludable, el mantenimiento de un peso saludable, el bienestar mental y el aprendizaje de habilidades sociales, y es importante para la salud ósea, el aumento de la densidad mineral ósea y la prevención de la osteoporosis en etapas posteriores de la vida.