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Intervenir en el aprendizaje - Coggle Diagram
Intervenir en el aprendizaje
El aprendizaje escolar: la dimensión afectiva y de equilibrio personal del alumno
es importante considerar los distintos factores que definen la capacidad y los recursos cognitivos del alumno frente a un determinado proceso de aprendizaje —sus habilidades, estrategias, conocimientos específicos
Autoconcepto, autoconcepto académico, yoes posibles y autoestima. El sistema del yo
El papel central que juegan las representaciones que elaboramos las personas en nuestra conducta constituye uno de los principios indiscutibles de la psicología científica contemporánea.
El autoconcepto postula la idea del yo como objeto de conocimiento en sí mismo y en la actualidad tiende a concebirse como una noción pluridimensional, que engloba representaciones sobre distintos Afectos, emociones, atribuciones y expectativas aspectos de la persona
apariencia y habilidades físicas, capacidades y características psicológicas diversas, capacidades de relación interpersonal y social, características morales
Los procesos escolares de aprendizaje y enseñanza son procesos que necesariamente implican a las personas de una forma global.
los diferentes componentes de la representación de uno mismo, tiene particular interés desde un punto de vista psicoeducativo el denominado auto concepto académico.
Este componente se refiere a la representación que el alumno tiene de sí mismo como aprendiz, como persona dotada de determinadas características o habilidades para afrontar el aprendizaje en un contexto instruccional.
no percibimos nuestras propias características de una forma distante o imparcial, sino que nos encontramos afectivamente implicados en esta percepción
A diferencia del carácter analítico y multidimensional del autoconcepto, la autoestima tiende a caracterizarse en términos globales y unidimensionales
De este modo, las personas se distinguen entre sí en función del carácter más o menos positivo de su autoestima; hablamos de una persona con un nivel de autoestima positivo cuando esta persona
La inclusión de la noción de yo es posibles junto al autoconcepto y la autoestima completa el conjunto de elementos que configuran el sistema del yo.
Dicho sistema se crea y evoluciona a lo largo de la vida de las personas y en su construcción influyen primordialmente su historia personal de éxitos y fracasos,
(padres, amigos, profesores, ..).
así como su relación con otras personas y el nivel de aceptación y soporte emocional que éstas le proporcionan, en especial los «otros significativos»
tiende a valorarse y sentirse bien consigo misma, mientras que una persona con un nivel de autoestima bajo o negativo, en general se valora mal y se siente mal consigo misma
Las atribuciones causales
los mecanismos de atribución causal hacen referencia a la manera en que las personas tratamos de explicar por qué nos ocurren determinadas cosas a nosotros y a los demás
, los mecanismos que utilizamos para atribuir una causa a lo que nos sucede. Aunque estas causas son indudablemente muy diversas, en términos generales pueden analizarse en torno a una serie de dimensiones
Entre ellas destaca la atribución de lo que nos sucede a causas internas o externas a la persona.
, la falta de puntualidad con la que una amiga se presenta a una cita puede atribuirse a su propia desorganización (causa interna) o a problemas de tráfico que han dificultado su llegada (causa externa).
Una segunda dimensión tiene que ver con el grado de control que la persona considera que el agente tiene sobre las acciones y sus resultados, atribuyendo en este caso lo que ocurre a causas más o menos controlables o incontrolables por su parte
Es habitual que las personas utilicemos patrones distintos al analizar los éxitos y los fracasos.
La representación y evaluación de sí mismo y los patrones atribucionales de éxitos y fracasos con los que el alumno se enfrenta al aprendizaje son algunos de los principales aspectos que determinan la dimensión afectiva y emocional del aprendizaje escolar
La consideración de los aspectos intrapersonales que inciden en la dimensión afectiva y emocional de la enseñanza y el aprendizaje no se circunscribe a los diferentes componentes del sistema del yo.
Los factores interpersonales y contextuales y la dimensión afectiva del aprendizaje escolar
La interacción profesor-alumno y entre alumnos. Representaciones mutuas y expectativas
Del mismo modo que los alumnos y el profesor tienen una representación de sí mismos, elaboran también una representación de las características de los otros, construyen una representación de sus capacidades, motivos e intenciones
. Estas representaciones juegan un papel determinante en las relaciones interpersonales que se establecen en los procesos educativos y, en consecuencia, inciden en los resultados de dichos procesos.
los contactos iniciales que se producen entre profesor y alumnos y a partir de ese momento se ponen a prueba y se confirman, matizan o refutan progresivamente a través de la observación continuada que tiene lugar en el aula y en otros ámbitos del contexto escolar.
Los conocimientos de que disponemos indican que, aunque no todos los profesores ni todos los alumnos utilizan los mismos criterios, ni llevan a cabo los mismos procesos para seleccionar, interpretar y organizar los datos que obtienen mediante la observación de la conducta del otro, existen algunos factores que por lo general condicionan sus representaciones mutuas
Entre ellos destacan la idea que cada uno tiene del propio rol y del rol del otro; los estereotipos relativos a determinadas categorías étnicas, sociales, económicas o de género; y la experiencia personal que han acumulado a lo largo de su vivencia como profesores y como alumnos.
A modo de juego de espejos, es necesario considerar también la representación que cada uno de los participantes en la interacción tiene de la representación que el otro tiene de él (lo que yo pienso que tú piensas de mí).
La manera en que profesores y alumnos perciben sus representaciones mutuas es un nuevo filtro que incide en la lectura de las actuaciones que se producen en el contexto de la interacción educativa
Las diversas representaciones que elaboran profesores y alumnos en este contexto generan a su vez unas expectativas respecto al curso previsible de la actividad conjunta y sus resultados
El profesor desarrolla algún tipo de previsión sobre lo que puede o no esperar de un determinado alumno, y a su vez, el alumno sobre lo que puede o no esperar de un determinado profesor o un determinado compañero
Representaciones, atribuciones, expectativas y características de los procesos educativos escolares
cualquier valoración de los factores analizados sería claramente parcial o distorsionada si no se consideran la naturaleza y las características concretas de los contextos educativos y los procesos de enseñanza y aprendizaje en los que se encuentran inmersos profesores y alumnos.
las finalidades educativas que prevalecen en una determinada sociedad o el proyecto educativo de un determinado centro constituyen marcos de referencia necesarios desde los que evaluar
la dimensión afectiva y emocional de los procesos educativos escolares, más allá de la posible parcialidad en cuanto a los aspectos contemplados, requiere algunas consideraciones adicionales sin las cuales esta aproximación sería claramente insuficiente
La posibilidad de atribuir sentido personal al aprendizaje
El proceso que conduce a la mayor o menor atribución de sentido personal a un aprendizaje parece determinado por algunas condiciones básicas.
La mayoría de los autores coinciden en considerar el interés que el alumno tiene por el contenido y la tarea de aprendizaje y su percepción de competencia como dos de las condiciones fundamentales.
algunos autores destacan la importancia de un tercer factor o condición: la posibilidad que tiene el alumno de representarse de algún modo el contenido y la tarea de aprendizaje que debe llevar a cabo y el motivo por el cual se supone que debe hacerlo
Poder representarse la tarea de aprendizaje y en especial los motivos por los que se supone que debe llevarla a cabo determina claramente la posibilidad de que el alumno experimente el aprendizaje como un objetivo personal
que experimente un sentimiento de autonomía, no tanto en el sentido de ser él en primera instancia quien decida qué hacer y por qué, sino en el de que perciba la posibilidad de integrar los motivos del aprendizaje en el entramado de sus propios objetivos.
Esta experiencia de autonomía se encuentra a su vez estrechamente relacionada con el interés personal que el alumno experimenta ante el contenido del aprendizaje y las condiciones de realización del mismo.
El interés, en tanto que relación específica entre las necesidades, objetivos y valores de la persona y los contenidos y tareas de aprendizaje, se encuentra claramente vinculado al sistema del yo del alumno.
En este sentido, es necesario distinguir entre un interés inmediato, ligado a la sensación de gratificación y bienestar inherente que se espera obtener al realizar una tarea concreta o al abordar un determinado contenido, y un interés diferido o «latente», ligado en este caso a la percepción de la importancia o utilidad del aprendizaje como medio para alcanzar futuros objetivos
Las representaciones, expectativas y atribuciones con las que el alumno se enfrenta a un determinado proceso de aprendizaje tienen una incidencia en dicho proceso y en sus resultados en la medida en que determinan algunas de las condiciones fundamentales que se requieren para que el alumno consiga atribuir un sentido personal al aprendizaje
El vínculo entre el autoconcepto y la autoestima actual del alumno y sus intereses inmediatos y entre el interés latente y sus yo posibles parece fuera de dudas
El sentimiento de competencia, definido como el conjunto de creencias que el alumno tiene respecto a sus propias habilidades para aprender en una situación concreta, se configura así como un nuevo factor determinante de la posibilidad de atribuir sentido al aprendizaje
El hecho de sentirse más o menos competente está relacionado con el autoconcepto general y académico del alumno, su nivel de autoestima y sus patrones atribucionales
Como elemento del autoconcepto, el sentimiento de competencia remite en útimo término al propio alumno, aunque en las situaciones escolares de enseñanza y aprendizaje parece lógico que este sentimiento contemple la posibilidad de integrar la ayuda que puede recibir del profesor o de otros compañeros
. Sentirse competente, desde esta perspectiva, no quiere decir necesariamente sentirse capaz de llevar a cabo la tarea de manera autónoma o individual, sino también con ayuda de otros.
Atribución de sentido, afectos y emociones en el proceso de enseñanza y aprendizaje
La manera concreta en que se desarrolla finalmente el proceso, y en especial la dinámica que se acaba produciendo en la interacción entre el profesor y el alumno
puede influir y alterar en mayor o menor medida las características de sus representaciones, atribuciones, expectativas e intereses iniciales, modificando de este modo el sentido, la motivación y el enfoque de aprendizaje del alum
la interacción educativa no es emocionalmente neutra, aunque la mayoría de los trabajos que analizan estos procesos continúan obviando esta cuestión,
La lectura que el alumno lleva a cabo de sus resultados y la posible repercusión en su autoconcepto y autoestima está fuertemente condicionada por sus patrones atribucionales, sus intereses, sus yo posibles o el valor que atribuye a la tarea,
pero también por la valoración que llevan a cabo otras personas, y muy especialmente el profesor
probablemente en el supuesto infundado de que el tono emocional de los participantes en los procesos de enseñanza y aprendizaje es de carácter positivo o cuanto menos neutro
La atribución de un mayor o menor sentido personal a aquello que debe aprender es uno de los principales factores que condicionan el tipo de motivación y el enfoque que adopta el alumno para llevar a cabo el aprendizaje
incidiendo de este modo en el desarrollo de este proceso y en los resultados que finalmente obtiene
la interacción entre profesores y alumnos requiere una mutualidad y una coordinación tanto de índole cognitiva como afectiva
en este sentido, del mismo modo que las emociones que experimentamos cumplen una importante función autorreguladora, las emociones que percibimos en los otros nos proporcionan una información de vital importancia para interpretar y regular nuestras relaciones.
las reacciones emocionales del profesor frente al éxito o fracaso del alumno son una fuente de información sobre sus patrones atribucionales y, en la medida en que el alumno las percibe, afectan a sus propias atribuciones y a sus expectativas de éxito.
Las emociones, sentimientos y afectos no juegan únicamente un papel en los procesos interactivos que tienen lugar en el aula, sino que también se encuentran implicados en el propio hecho de aprender.