El humanismo se difundió rápidamente por toda Europa, sobre todo a través de academias, como las de Florencia, Nápoles y Roma; y universidades, como las de Alcalá de Henares en España, Lovaina en Bélgica o Cambridge y Oxford en Inglaterra. Las ideas humanistas también se propagaron gracias a la publicación masiva de libros, producto de la invención de la imprenta hacia la década de 1450, que reemplazó al lento y costoso proceso de copiado a mano.