Herzberg observó, a través de encuestas, que cuando las personas se sentían bien en su trabajo, tendían a atribuir esta situación a a ellos mismos. En cambio cuando se encontraban insatisfechos tendían a citar factores externos como las condiciones de trabajo, la organización, las relaciones personales, etc. De este modo comprobó que los factores que motivan no son los mismos que los que desmotivan, por eso divide los factores en:
Factores higiénicos: son factores externos a la tarea. No garantiza una motivación que se traduzca en esfuerzo, pero si no se encuentran satisfechos provocan insatisfacción.
Factores motivadores: hacen referencia al trabajo en si. Son aquellos cuya presencia o ausencia determina el hecho de que los individuos se sientan motivados o no.