Este concepto es atribuido a los jardines colgantes de Babilonia, que no tuvieron éxito en el mundo moderno, pero que ahora vuelve a tener sentido vinculado al cuidado ambiental, los jardines de azotea ayudan a absorber el calor, reducen el impacto de dióxido de carbono absorbiendo el CO2 , convirtiéndolo en oxigeno, absorben el agua de tormenta, reduciendo en verano el uso de acondicionadores de aire.