Durante la oración el musulmán debe arrepentirse de sus pecados, pedir perdón por ellos, debe alejarse de todos aquellos actos y pensamientos que constituyen un obstáculo entre el siervo y su Creador. La oración o azalá (صلاة [ṣalāt], plegaria, acto de devoción) es el segundo pilar del islam. Cada musulmán debe rezar cinco veces al día en dirección a La Meca. Antes de rezar, el musulmán debe efectuar las abluciones. La ablución menor, que es la habitual, consiste en el lavado de cara, manos, cabeza y pies.