Integral: involucra las dimensiones intelectual, social, afectiva, motriz y axiológica del alumno.
Continua: se realiza a lo largo del proceso educativo en sus distintos momentos: al inicio, durante y al final del mismo.
Sistemática : se organiza y desarrolla en etapas debidamente planificadas, en las que se formulan previamente los aprendizajes a evaluar.
Participativa: posibilita la intervención de los distintos actores en el proceso de evaluación, comprometiendo a los docentes, directores, estudiantes y padres de familia.
Flexible: toma en cuenta las características del contexto donde se desarrolla el proceso educativo, las particularidades, necesidades, posibilidades e intereses de cada estudiante