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VISIONES CRÍTICAS DE LA OMC
CRÍTICAS A LA OMC DESDE LA GLOBALIZACIÓN
La globalización habría estimulado el desarrollo de medios y procedimientos técnicos para hacer frente a las alteraciones medioambientales.
Relacionado con las importaciones de tecnología, se habría impuesto a los países en desarrollo una liberalización de los intercambios de mercancías sin que éstos obtuviesen a cambio liberalizaciones en los movimiento de mano de obra.
La liberalización del comercio mundial atribuida a la OMC habría contribuido no sólo al señalado incremento de la desigualdad sino sobre todo a un aumento de la pobreza a escala mundial.
Cabe destacar que una de las principales cuestiones que se plantean en las polémicas sobre globalización y OMC es la consideración de éstas desde una perspectiva de la justicia social, entendida a escala mundial
Los efectos en diversos órdenes económicos como la producción, las inversiones extranjeras, las empresas multinacionales y, también los intercambios comerciales.
Las normas multilaterales se habrían dirigido hacia la protección de los derechos de algunos tipos de empresas, especialmente de las multinacionales.
Los intercambios especialmente en el dominio agrícola se ven afectados de forma negativa por las subvenciones que las principales potencias otorgan a las exportaciones de tales productos en perjuicio de los citados países en desarrollo.
ASPECTOS GENERALES
Cada Estado miembro de la OMC decide de manera libre su grado de participación en el sistema, si bien queda claro que al hacerlo ha de aceptar el conjunto de normas pactadas.
El sistema comercial multilateral fue concebido como un mecanismo de cooperación con el que sus actores los Estados pretendían conciliar aquellas posiciones e intereses propios de cada uno que pudieran afectar a los intercambios comerciales.
Nunca ha tenido como objetivo básico la eliminación de las barreras al comercio, sino más bien la sujeción de las mismas a un conjunto de normas pactadas para la coexistencia económica.
La práctica, estas normas de comercio internacional y más específicamente las relativas a políticas comerciales, se aplican a los intercambios entre empresas que, en el mundo actual,
La OMC ha pasado de ser el esbozo de una organización, plasmada en el GATT, que habría de regular las negociaciones comerciales centradas en los aranceles aduaneros a constituir un cuerpo legal amplio que se ocupa de nuevos campos relacionados con los intercambios internacionales de diversas áreas de actividades económicas.
El Tratado de Marrakech que creó en 1994 la OMC se inspiró en los objetivos y principios del GATT de 1947 al que a su vez la OMC sustituía e integraba en su organización.
CRÍTICAS A LA GLOBALIZACIÓN DESDE PERSPECTIVAS NO ESTRICTAMENTE ECONÓMICAS
A niveles estrictamente económicos debe recordarse que las intervenciones de los Estados se han justificando por su condición de reguladores para evitar los fallos del mercado.
Las cuestiones relacionadas con el dumping social, las discusiones sobre el «comercio justo» o el establecimiento de normas laborales mínimas constituyen aspectos de una cuestión que dista de haber sido resuelta.
La situación actual de la OMC se definiría en que ésta tendría las características de una organización sui generis.
Las «estructuras gubernamentales siguen brindando la mejor protección a muchos objetivos importantes de la sociedad, incluidos la democracia y los derechos humanos, así como para el funcionamiento satisfactorio de los mercados.
CRÍTICAS A LA OMC DESDE PERSPECTIVAS INTERNAS
«Un reducido círculo de miembros, que varían en número en función del interés que suscitan las cuestiones de que se trate, actúa como grupo de discusión, debate y negociación.
La democracia se ha entendido así como un proceso de toma de decisiones basado en el pluralismo, la participación y la transparencia.
En 2001 el entonces Director General de la OMC señalaba que el proceso de toma de decisiones efectivo y basado en el consenso debía conseguirse aumentando
en él la transparencia así como el grado de participación de diversos sectores del público.
Un sistema de comercio internacional abierto constituye un elemento fundamental para el crecimiento económico mientras que el proteccionismo actuaría como freno de las capacidades de las economías para aprovechar nuevas tecnologías.
En un mundo interdependiente y
cada vez más complejo, la existencia de una organización fuerte encargada de la regulación de las políticas comerciales mediante el diálogo y la cooperación destinada a evitar antiguas guerras comerciales parece imprescindible.