En los siglos posteriores al descubrimiento del nuevo mundo, España, Portugal y en menor medida Inglaterra, Francia, Holanda, Rusia, Dinamarca y Noruega y otras potencias europeas, compitieron por la exploración, conquista y colonización del continente americano, e introdujeron como esclavos a millones de personas secuestradas en África, lo cual llevó a procesos de disolución y anomia de cultura milenarias, así como al surgimiento de nuevas conformaciones étnicas, culturales y políticas