Lo más importante es que los 68 países disfrutan del mismo nivel de protección gracias a estos criterios de clasificación acordados universalmente, que incluye pictogramas reconocibles al instante, palabras de advertencia y declaraciones de peligro. Estos identifican el grado y el nivel del peligro del producto químico, desde el de un irritante de la piel hasta el posible daño a un órgano. Por lo tanto, cualquiera que fabrique, almacene, transporte, manipule o utilice estos productos químicos puede identificar los riesgos planteados y aplicar las medidas de protección adecuada.