El creyente puede comunicarse directamente con Dios, sin la necesidad de intermediarios. Esto significa que entre los musulmanes no hay sacerdotes, sino guías espirituales llamados imanes, que generalmente son nombrados por la propia comunidad.
El islam tiene 2 grandes ramas: la de los sunitas u ortodoxos, que reconocen la legitimidad de los primeros 4 califas, y la de los chiítas, partidarios de Alí, yerno de Mahoma al estar casado con su hija Fátima. La principal diferencia entre unos y otros radica en la naturaleza de los imanes. Los chiitas creen que esos líderes espirituales son infalibles en todos los asuntos, actos, principios y creencias. Para los sunitas, en cambio, un imán puede ser cualquier persona que conozca bien el ritual del rezo islámico. Otra diferencia es que además del Corán, los sunitas son devotos de la Sunna, una colección de enseñanzas, dichos y aprobaciones atribuida a Mahoma.