Para escapar de esa condena, en el 622 Mahoma huyó a la ciudad de Medina. Luego de la conquista de La Meca, el islam comenzó a difundirse rápidamente por toda la península arábiga, transformándose en el elemento unificador de las distintas tribus árabes.
Cuando Mahoma murió en el 632, fue sucedido por los califas, quienes se transformaron en jefes espirituales y temporales de todos los musulmanes. Los primeros califas fueron Abu Bakr, Úmar, Uzmán y Alí.