Tenía un gran aparato masticatorio, que antes se creía que era producto de una especialización alimenticia en raíces y semillas. Su rostro es achatado, con frente estrecha, torus supraorbitario, mejillas más abultadas y mandíbulas menos prominentes que el Australopithecus afarensis. Había bastante diferencia entre machos y hembras, sobre todo en el desarrollo de las crestas, ausentes o muy poco marcadas en las hembras.