Se determina mediante los productos de eliminación renal circulantes, como la creatinina o la urea . Debe ser monitorizada en toda infección grave, pues el daño renal puede traducir una afectación multiorgánica precoz en el contexto de una respuesta inflamatoria sistémica, como sucede en la sepsis. A veces, se altera en infecciones del tracto urinario que afecten al parénquima renal y debe ser, así mismo, monitorizada.