Atender, en mayor medida, los problemas del medio ambiente es algo que todas las personas deberíamos hacer. Ya que como seres humanos muchas veces no distinguimos qué es lo que ocurre afuera de nuestro contexto individual, hoy te invitamos a que te plantees cuál es la importancia de la ecología en la vida diaria, pues solo así, con un ejercicio de reflexión, agregarás a tu estilo de vida hábitos que ayudarán a preservar el medio ambiente.
REFLEXIONAR
Los consumidores ecológicos son reflexivos y críticos. Reconocen que los seres humanos, como los demás seres vivos, forman parte de un todo interrelacionado: la naturaleza.
Soy especialmente consciente en este tipo de temas y considera que esta es la primera parte de todo un proceso, reconociendo las cosas que están mal para después cambiarlas periódicamente
RECILAR
Separar los residuos de manera adecuada para su posterior reciclaje es una acción con múltiples beneficios medioambientales.
La basura siempre debe ir separada en dos; desechos orgánicos y desechos inorgánicos.
Esto exceptúa botellas o residuos plásticos considerables.
RECLAMAR
Los consumidores pueden y deben tener una participación activa en las actividades que influyen en su vida cotidiana. La ley ampara la posibilidad de reclamar y exigir actuaciones que contribuyan a mejorar el medio ambiente y la calidad de vida de los ciudadanos.
No creo participar muy activamente de esto, pero intento concientizar a más personas incluso cuando muchas no me tomen en serio, creo que es un buen paso.
REDISTRIBUIR
Los desequilibrios entre los países ricos y pobres no sólo afectan a sus habitantes, sino también al medio ambiente. La humanidad ha duplicado en los últimos 40 años su huella ecológica global, de manera que el consumo actual se basa en la utilización de los recursos de otros territorios o de generaciones futuras
En este caso no creo poder hacer algo que impacte de manera global. Las organizaciones mundiales deberían poder hacer algo al respecto ya que a los países desarrollados les parece fácil generar grandes cantidades de deshechos y sobreexplotar no solo sus recursos sino también los de países en desarrollo.
RECHAZAR
Los productos tóxicos, no biodegradables o no reciclables deben quedarse fuera de la lista de la compra. Este tipo de productos pueden estar en muchos ámbitos del hogar y, siempre que se pueda, hay que rechazar su uso y sustituirlos por otros más respetuosos con el medio ambiente.
La contaminación del agua me preocupa mucho, por esto, al hacer el super siempre hay que cerciorarse de que los detergentes que consumimos sean biodegradables y de preferencia de origen vegetal.
REUTILIZAR
Hay cientos de cosas a las que podemos darle un nuevo uso para alargar su vida útil, y cientos de opciones para transformarlas.
Al ser el plástico un material que tarda mucho en degradarse, en mi casa cosas como botes de yogur, bolsas de plástico y algunas botellas son utilizadas de nuevo en lugar de desecharlas.
REDUCIR
Disminuir la cantidad de bienes, productos y energía que consumimos se traduce automáticamente en una reducción significativa de gastos, de explotación de recursos naturales, de los residuos que generamos y, por tanto, de la contaminación de nuestros espacios naturales.
Consumir únicamente lo que necesitamos hace un gran cambio, de lo contrario sería un gran desperdicio de dinero y recursos.