En México, escribió para la revista de poesía "El Corno Emplumado", y fue un crítico literario en los periódicos "Ovaciones" y "Excelsior". A continuación, se trasladó a Nueva York durante 9 meses, donde pasó una gran cantidad de tiempo viendo películas de directores neorrealistas italianos como Federico Fellini, Luchino Visconti, Michelangelo Antonioni, que despertó su interés por el cine. Luego se trasladó a Colombia, donde se socializó con el plomo Nadaists por Gonzalo Arango. A mediados de 1964 Estrella regresó a Quito.