Hijo de una familia pudiente conformada por el Sr. Enrique Fierro Rosero y de la Sra. Amalia Jarrín Zapata. Adquirió esmerada educación en las propiedades de sus padres, en Quito y Miraflores en Cayambe, desde adolescente dedicó mucho tiempo a la lectura de sus autores y poetas favoritos. En la cual destacaban lecturas filosóficas y científicas, y sobre todo de los poetas franceses simbolistas y parnasianos. Perteneció a la generación modernista e hizo gran amistad con Arturo Borja, Ernesto Noboa, y el grupo de poetas al que el escritor Raúl Andrade calificó como la «Generación Decapitada». Sus principales obras, en las que se puede apreciar claramente la pureza de su lenguaje, unas veces sencillo, otras retorcido y rebuscado, introvertido y modesto, están reunidas en sus dos poemarios «El Laúd en el Valle» y «La Velada Palatina», que incluyen, entre otros, sus poemas «Tu Cabellera», «Los Niños», «Hojas Secas», «Romance de Cacería», «A Clori», etc. de una sensibilidad extrema, se desempeñó toda su vida como amanuense en una Oficina del ministerio público. Arturo Borja lo instó a publicar sus poemas. El Laúd del valle, publicado en 1919, y La Velada palatina, editada después de su muerte, en 1949. A partir de 1920 llevó una vida bohemia, pero sin excesos, y en las noches se reunía con sus amigos y poetas en diferentes bares de la ciudad de Quito, hasta que la muerte lo sorprendió repentinamente el 23 de agosto de 1929, cuando apenas tenía 39 años de edad, siendo así uno de los miembros de la generación decapitada de Ecuador.