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Texto de la República de Platón, SIGLO XX, La Literatura infantil y…

- - - - No consideramos LIJ la que sirve únicamente a propósitos doctrinales, aunque en algunos momentos nos refiramos a estas obras como precedentes de la LI y sí incluimos en la LI la tradición folklórica y las obras que, aunque destinadas a público adulto, los niños han hecho suyas, considerándolas literatura ganada.
- - - - Literatura Infantil y Juvenil europea.
        
        La determinación de los orígenes de la literatura infantil debe plantearse de acuerdo con el concepto que se tenga de ella. Si lo comprendemos como lo que tiene el niño como receptor o destinatario, al realizar el recorrido histórico por las obras será muy breve. Hay que señalar que la historia de la LI no se presta a una periodización regular ni marcha paralela a la historia literaria general.
      - No eran concientes de las diferencias del niño y el adulto.
  - - - En esa misma línea ejemplar los fabulosas españoles del XVIII, Tomas de Iriarte (1750- 1791) y Félix María de Samaniego (1745-1807) crean las fábulas dentro del espíritu ilustrado propio de la época.
        
        Otro autore imprescindibile es Charles Perrault (1628-1703), cuya obra Contes de ma mère l ́oie (Cuentos de mi madre la Oca), subtitulados Historias o cuentos del tiempo pasado con moralidades, es una recopilación de once relatos orales a los que el escritor dio forma literaria. Se trata de uno de los más claros ejemplos de literatura ganada, es decir, que fue una obra no escrita para niños pero que estos pronto hicieron suya (Soriano:1975). El mérito de Perrault está en habler dado forma literaria a unos relatos que corrían de boca en boca o que se estampaban en pliegos de cordel (Bravo Villasante: 1988:281), y sus relatos servirán de modelo para muchísimos cuentos infantiles posteriores.
        
        En 1680, sale a la luz el Orbis Pictus, la primera obra impresa para niños, realizada por Comenius con espíritu pedagógico renovador. Parte del aprendizaje como juego y plasma el mundo en imágenes, nombrando los objetos y acompañándolos de grabados en madera preparados por él.
        
        Los hermanos Grimmrecopiladores de una serie de relatos recogidos entre 1812 y 1825 y que publicaron bajo el título de Cuentos de la infancia y el hogar1. Su conocimiento de leyendas, sagas y romances y de los cuentos populares alemanes formó parte de la revalorización romántica del pasado y del pueblo que tuvo sus cultivadores en otros países: Afanasiev y Tolstoi en Rusia, Siciliani y Comparetti en Italia o Fernán Caballero en España. Este autor escribió cuentos como, Pulgarcito, Hansel y Gretel o Blancanieves.
        
        En el Siglo XIX su obra Hans Christian Andersen, escritor danés (nacido en Odense) que revaloriza, al igual que los Grimm, la tradición folklórica de su país. Los cuentos orales aparecen transformados poéticamente por su pluma e impregnados de sensibilidad, y pese a los iniciales juicios adversos de la crítica contemporánea, el tiempo los ha colocado en un lugar de honor dentro de la literatura. Da mucha importancia a la naturaleza. Este autor escribió cuentos como, La princesa y el guisante, El patito feo, La reina de las nieves o La vendedora de fósforos.
        
        Carlo Collodi (1826-1890) publicó Las aventuras de Pinocho en 1883, la historia de un carpintero que al tallar un pedazo de madera para convertirlo en un muñeco creará una de las figuras simbólicas más importantes del imaginario infanil. Aunque muchos críticos subrayaron su originalidad, especialmente en el hallazgo de la idea inicial, la transformación de un pedazo de madera en un muñeco animado, el testimonio de Papini de que su madre le contaba un relato toscano titulado El hombrecito de madera, nos puede llevar a concluir que, como en el resto de los casos, Collodi estaba únicamente reelaborando literariamente un cuento popular (Bravo Villasante.1988: Tomo II:141)
        
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- - - - Después de la Primera Guerra Mundial aparecen cambios decisivos en las imágenes infantiles de los libros, debidos en gran parte al cómic y a los dibujos animados. Destacamos en el periodo de entreguerras el álbum Babar, la historia de ese pequeño elefante antropomorfizado que sigue gustando a los niños actualmente.
        
        La segunda Guerra Mundial supuso la marcha de miles de europeos a EEUU, lo que producirá en ese país una revolución de las historias y técnicas de la ilustración. En ese momento las historias se dirigían a niños que vivían ya en el mundo de la imagen y por eso la función de la imagen es sorprender, liberar o provocar visualmente al lector.
        
        La vuelta de los emigrados a Europa trae las novedades americanas al mundo de la ilustración del viejo continente y se comienza a considerar la ilustración como texto autónomo que es capaz de contar una historia.
        
        Actualmente, el panorama de los libros es muy variado, e interesa resaltar determinados movimientos pictóricos que dejan huella en los ilustradores. Por ejemplo si hacemos referencia al primitivismo, a la importancia del románico tenemos dibujantes comoel checo S. Zavrel o en la impronta gótica en los libros miniados de la española Carmen Sáez, estilos que conviven con el realismo de grandes dibujantes como Ruano, Innocenti o Müller y con el orientalismo, impresionismo, el arte pobre (que busca recuperar objetos desechados, Aquel niño, aquel viejo, editado por Kalandraka), la estética naif o el expresionismo.
- - - - Hacia finales del siglo XIX, empezó a desarrollarse en España un mercado editorial más emprendedor.
        
        En 1884, Saturnino Calleja inició la publicación de cuentos infantiles en Madrid, con el propósito de hacer asequibles y atractivos los relatos y libros escolares para niños. A través de las colecciones de su editorial se difundieron los cuentos de Grimm, Andersen y Perrault y se importó el italiano Giannetto de Parravicini, convertido en el Juanito castellano.
        
        Fue en Barcelona, con la fundación de una editorial infantil ya en 1852, donde más desarrollo tuvo la industria editorial de libros infantiles del primer tercio del siglo. La producción se realizaba tanto en catalán como en castellano, con una importante exportación a Iberoamérica. La creación de esta infraestructura editorial y los avances técnicos, como la importación a España de la maquinaria en offset en 1916, permitieron un nuevo tipo de libros, más baratos e ilustrados, que respondieron a la extensión de la demanda generada por la escolarización.
        
        El factor más influyente fue la modernización de las ideas educativas, especialmente impulsadas en España por la institución Libre de Enseñanza que fue creada en Madrid en 1876. Sus criterios educativos condujeron a la apuesta por una literatura capaz de contribuir al desarrollo integral de los niños con planteamientos estéticos exigentes.
        
        En todos estos proyectos, se importaron ideas del exterior: muy pronto se introdujo la obra de la pedagoga italiana María Montessori en las escuelas municipales y se siguieron los ejemplos franceses o norteamericanos en el tipo de construcción de bibliotecas y actividades de animación lectora.
        
        La Institución Libre de Enseñanza, suscitó la expectativa de progreso social confiada a la República española durante la década de los años treinta. La gran vitalidad literaria de la época, con la predilección de los autores de la Generación del 27, como Alberti o García Lorca por la experimentación formal y las raíces folclóricas, crearon un sustrato artístico que influyó enormemente en la producción para niños
        
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