La fosilización es un proceso excepcional, ya que, por lo general, los restos de un ser vivo sirven de alimento a otros organismos, como bacterias y hongos, responsables de su descomposición.
El proceso de fosilización supone la lenta y paulatina sustitución de la materia orgánica de un ser vivo por sales minerales, lo que permite la preservación en el tiempo de sus estructuras anatómicas o restos.