En la medida en que el sujeto es un sujeto barrado, hablante, y que en su relación con el objeto del deseo resulta él mismo cuestionado, el sujeto, a la vez, “es y no es el falo. Lo es porque es el significante bajo el cual el lenguaje lo designa, y no lo es en tanto que el lenguaje ésa es justamente la ley del lenguaje- se lo sustrae”