Concuerdo totalmente con el autor del texto que para tratar la enfermedad del alcoholismo, esta debe de ser vista bajo una perspectiva integrativa en la que se tome en cuenta también a la familia. En mi opinión, el alcoholismo es una enfermedad social, más que individual . En el caso específico de la familia, todos los que la conforman están de cierta forma enfermos, de pensamientos, de heridas muchas veces heredadas, de patrones de comportamiento, pero es el alcohólico el que siente con más fuerza la enfermedad de la familia, lo cual lo hace buscar como solución las adicciones. El hecho de que existan modelos de intervención de este tipo, ayuda a identificar y arrancar el problema de raíz, el riesgo que hay de que no se trate bajo uno de estos modelos, es que se le obligue al alcohólico a la abstinencia sin haber tratado el problema raíz, lo que provocará que busque otro objeto de fijación.