Las empresas que compiten por el liderazgo global deben considerar hacerlo en mercados de economías en desarrollo como China, India, Brasil, Indonesia, Tailandia, Polonia Rusia
y México, donde los riesgos de negocios son considerables pero las oportunidades de crecimiento son enormes, en especial conforme sus economías se desarrollen y sus estándares de
vida asciendan a los niveles del mundo industrializado.