En consecuencia, el concepto Institución resulta: polisémico, equívoco y problemático, según Lourau (1975 – 2001)
El concepto es polisémico, acentúa el momento de la universalidad. El Derecho reafirma, las normas universales y las formas de regulación establecidas, en los códigos
o en las costumbres no escritas. Consiste en volver evidente, intocable y sagrado lo que no es sino contingencia política. Sin embargo, este tratamiento es fecundo para el uso funcionalista pues enmascara la demanda política bajo la ideológica. Asimismo, señala que la polisemia del concepto tiende a mostrar no solo la eficacia simbólica de lo jurídico sino que expresa que la contingencia de lo normativo, nos muestra que las relaciones en la institución son relaciones de poder: de clase y de producción.
El concepto es equívoco pues designa alternativa y simultáneamente lo instituido y lo instituyente. La Psicología social se ocupa de la tensión entre lo instituido como la cosa establecida y lo instituyente que propone su transformación en las maneras particulares de interpretar lo instituido. Se presenta la institución como permisiva, contenedora, sostenedora y al mismo tiempo, como represiva y expulsora y forma parte del control social.
El concepto es problemático pues la institución no se presenta de manera inmediata a la observación y al análisis. La institución emite mensajes falsos de sus proclamas, discursos, exhortaciones y también emite mensaje efectivos mediante sus códigos y su organización.