Intangible: los servicios no se pueden ver, oír, sentir, oler o probar antes de su compra.
Indisociables: no se puede separar, en un servicio turístico tanto el “producto” en sí, como el vendedor y el comprador conviven en un mismo tiempo y lugar.
Variables: la calidad del servicio dependerá de quién, cuándo y dónde se entregue.
Perecederos: los servicios no se pueden almacenar para una futura venta.