por sus altos niveles de educación, seguridad, democracia e igualdad social. Sobresalen, además, la calidad de sus servicios de salud, el respeto a la cultura, la libertad civil —entendida como el derecho de las personas a vivir según sus concepciones e intereses— y la participación política —actividades de los ciudadanos que intentan influir en las estructuras de gobierno, en la selección de autoridades o en las políticas gubernamentales—.