a apertura política, continuó produciendo efectos no buscados inicialmente.Como por ejemplo los grupos nacionalistas comenzaron rápidamente a ganar terreno en las elección para las asambleas regionales de las repúblicas soviéticas. Como resultado de las reformas descentralizadoras de Mijaíl Gorbachov, la capacidad del gobierno central de imponer su voluntad sobre las repúblicas se encontraba muy disminuida. Durante la década de 1980 crecieron los reclamos para aumentar la independencia respecto al poder ejercido por Moscú, lo que fue especialmente notorio en el caso de las repúblicas bálticas. El sentimiento nacionalista también tomó fuerza en Ucrania, Georgia, Azerbaiyán, entre otras.