A diferencia del lenguaje oral, el lenguaje escrito no posee una base neurobiológica genéticamente programada. Por ello, diferentes regiones y estructuras cerebrales van a especializarse en funciones de lenguaje comprensivo. Se propone el modelo de reciclaje neuronal: una región específica de la corteza visual, que se encarga del reconocimiento de rostros y objetos, va a especializarse en el reconocimiento de patrones visuales del lenguaje. Para ello, un número representativo de neuronas adopta una función que no le corresponde genéticamente, para poder comprender las formas de las letras y sus combinaciones (reciclaje).