Los conceptos, que carecen de todo contenido representativo, se forman sobre la base de imágenes y de representaciones que, en último análisis, no son más que vestigios vagos de sensaciones y representaciones individuales. Un concepto es igual al conjunto de sus señales características. Con esto llegamos a la definición del concepto, que se expresa en un juicio, en el cual el sujeto es el concepto mismo, y el predicado el carácter o los caracteres que constituyen su contenido. De esto se infiere que la definición del concepto es una verdadera ecuación y, por lo tanto, el concepto por desarrollar debe poder equipararse al concepto desarrollado en sus diversas señales. Al decir que es una ecuación queremos significar que la definición debe ser recíproca.