Alrededor de los 6 meses, el bebé se interesa por los objetos y, entre otras cosas, pretende cogerlos. Para ello, utiliza el «gesto de alcanzar» que consiste en, estando sentado, estirarse hacia el objeto, con la mirada fija en él, los dos brazos extendidos y las manos abiertas. Si no alcanza el objeto y el adulto considera que lo puede tener, la secuencia continúa con que el adulto acerca el objeto al bebé.
Pasan unos pocos meses y el bebé estiliza su «gesto de alcanzar»: mantiene la espalda recta, un brazo lo mantiene extendido, mientras que el otro queda más retraído y, además, aparece un cambio definitivo respecto a la situación anterior: ahora, el bebé alterna su mirada entre el objeto y el adulto: su gesto se ha tornado intencional.
Muy pocos meses después, alrededor de los 11-12 meses, el «gesto de alcanzar» desaparece y es sustituido por la señalización, usada también como una forma de requerimiento.
La señalización es un procedimiento más cultural que el «gesto de alcanzar» y, por tanto, permite nuevas posibilidades al bebé
Las primeras palabras aparecen como un proceso de «sustitución funcional» en el que procedimientos arcaicos son sustituidos por procedimientos más culturales cuya eficacia y economía se es capaz de reconocer.
A partir de los 3 meses comienzan los gorjeos, que son sonidos guturales; a los 6 meses producen los primeros balbuceos, que son combinaciones de sonidos vocálicos y consonánticos, alrededor de los 9 meses, aparecen las primeras formas fonéticamente estables o «protopalabras», Finalmente, alrededor de los 12 meses, aparecen las primeras palabras en sentido estricto.