El planteamiento de esta perspectiva, basada en el criterio de estructura social, es que si un conjunto de gente interactúa con frecuencia y por largos periodos de tiempo, probablemente sus interacciones adquieran un patrón, es decir, tiendan a estabilizarse, organizarse, desarrollarse y regularse mediante un sistema diferenciado de roles, estatus, normas, reglas y valores compartidos que influye sobre el comportamiento del individuo.