PERDIDA DE LA AUTOESTIMA: Muchos adultos llegan a la edad de jubilación y aún se sienten en plenitud para la realización de sus trabajos. Sin embargo, quieren seguir sintiéndose útiles, reconocidos, dignos por lo que intentan seguir con sus trabajos, pero, muchas veces la sociedad los niega o comienzan a decirles que no necesitan su labor y que es mejor que se retiren. Al recibir este tipo de comentarios los ancianos suelen tener una autoestima muy baja.
PERDIDA DEL SIGNIFICADO O SENTIDO A LA VIDA: Las personas adultas comienzan a tener pensamientos negativos hacia la vida que ellos tiene, comienzan a abandonar las ilusiones que tenían, asi mismo, comienza las decepciones, sentimientos de culpa, frustraciones, sentimientos de fracasos.
PERDIDA DE LA FACILIDAD DE ADAPTACIÓN: Al llegar a una mayor edad la persona va viendo cómo los ambientes van cambiando para ella y cómo otros le son lejanos o por lo menos le ofrecen menos interés, el anciano se encuentra sin las herramientas que le permitan un trabajo de adaptación: son las motivaciones o refuerzos sociales. Al carecer de dichas herramientas le es difícil adquirir hábitos nuevos, y por lo tanto, adaptarse a las nuevas circunstancias.