Estos pacientes con frecuencia buscan tratamiento para diversos síntomas, como la depresión o las oscilaciones del estado de ánimo, el abuso de sustancias, los trastornos del sueño, síntomas somatomorfos, ansiedad y pánico, impulsos y actos suicidas o de automutilación, estallidos de violencia, problemas de la conducta alimentaria y problemas con las relaciones interpersonales.