El terapeuta creativo debe tener dos conciencias, es decir, dos estilos de ver el mundo, así como es intelectual es también consciente de sus intuiciones, así como es serio tiene también sentido del humor, así como es firme es también suelto, así como analiza particularidades también ve la totalidad.
En pocas palabras, el terapeuta creativo es como el Yin y el Yang, posee características opuestas entre sí, pero que unidas y en equilibrio otorgan una forma de movimiento y accionar armonioso que ayuda en la integridad del paciente.