Aunque todos los tejidos tienen cierta capacidad para metabolizar fármacos, el hígado es el principal órgano del metabolismo farmacológico. Otros tejidos que presentan una actividad considerable incluyen el tubo digestivo, pulmones, piel, riñones y cerebro. Después de la administración oral, muchos fármacos (p. ej., isoproterenol, me- peridina, pentazocina, morfina) se absorben intactos en el intestino delgado y se transportan por el sistema portal hasta el hígado, donde se someten a metabolismo extenso. Este proceso se llama efecto de primer paso (cap. 3). Algunos fármacos administrados por vía oral (p. ej., clonazepam, clorpromazina, ciclosporina) se someten a un metabolismo más extenso en el intestino que en el hígado, mientras que otros (como el midazolam) experimentan metabolismo intesti- nal significativo (-50%). Por tanto, el metabolismo intestinal puede contribuir al efecto general de primer paso, y las personas con com- promiso de la función hepática dependen más de dicho metabolis- mo para eliminar fármacos.