Cuando se produjo la deslocalización, las antiguas colonias, ya independizadas, se vieron obligadas, en muchos casos, a seguir comprando los productos manufacturados de los países desarrollados a precios muy elevados, y a vender sus recursos naturales a los países ricos y a precios bajos. Esto ha generado un intercambio comercial desigual y perjudicial para los países menos desarrollados