-El PIB y la renta per cápita son muy bajos; de hecho, apenas superan los 1 000 dólares por habitante y año. Por ejemplo, en Burundi, es de 285 dólares anuales.
-La actividad principal es la agricultura y la industrialización es muy escasa.
-Las prestaciones sociales son casi inexistentes y, en consecuencia, muchos habitantes no tienen acceso a la atención médica, a la educación ni a las pensiones. A veces, son las ONG las que prestan asistencia sanitaria, realizan campañas de alfabetización..., pero esta asistencia no llega a todos sus habitantes.
-No poseen tecnología ni una buena red de transportes y comunicaciones. Además, para poder invertir dinero en su desarrollo, necesitan préstamos, que no siempre pueden devolver, de instituciones como el FMI o el BM. Esto genera una fuerte deuda externa que limita sus posibilidades de desarrollo, ya que deben orientar sus escasos recursos a saldarla.