Emisor: Utiliza sus cejas, su sonrisa, su boca (para hacer muecas), sus ojos y la dirección en que mira, su postura corporal, su ceño, su distancia respecto al otro, cuando no su voz (ritmo y tono, nada más) o sus gestos manuales.
Receptor: Quien recibe el mensaje usa principalmente su vista y su oído, aunque no recibe palabras, sino tonos y secuencias.